III
"Bienvenido al sistema judicial penal,
donde la verdad no es lo importante".
Siete Segundos
Las denuncias no se investigan ni se evalúan seriamente y sólo se les presta atención, cuando se las considera potencialmente importantes como para formar un expediente. El fiscal arma una causa basándose en dichos y no en pruebas tangibles, haciendo gala de su escritura creativa. Imaginando teorías e hipótesis, como si de un ejercicio de inventar historias a base de imágenes secuenciales se tratara, ejerce un poder malsano sobre otros seres humanos repartiendo acusaciones arbitrariamente, adaptando todas las declaraciones y pruebas que recolecta(o si no las hay las inventa) para que encuadren en la causa que impulsará su carrera. Todo ello bajo el pretexto de proteger a las víctimas, pero sin el más mínimo interés en hacerlo.
En complicidad con los jueces con los que trabajan codo a codo, cocinan una jugosa causa que les quede a la medida de sus ambiciones y se embarcan en una fanática cruzada, que les permita utilizar todas las herramientas que la ley les facilita manipulándola a su antojo, para llenar sus expectativas y sus bolsillos. A partir de este punto, todos los representantes del sistema judicial, cada uno con su ego a cuestas, se engarzan en una lucha feroz de competencias y poderes en torno al acusado, en la cual este último no es importante y el descubrimiento de la verdad, menos.
Y es que para el propio sistema judicial, el concepto de justicia o búsqueda de la verdad, no existe. En teoría se basan sólo en lo que se puede probar. Si aún eso no les conviene, lo manipulan de manera que se adecúe a sus intereses.
Concretamente, el sistema judicial que me ha tocado conocer, es una burla, una red brutal de corrupción, hipocresías y mentiras, entretejida por todos los personajes que lo componen, que se benefician o perjudican entre sí según su necesidad y circunstancias. No es más que un lucrativo negocio donde todos ganan, menos el acusado.
Es inconcebible, ver cómo por temor a la opinión pública o por una ambición personal, se abusa de un sistema que en vez de emplear su tiempo y sus recursos en víctimas reales con problemas reales, es voluntariamente distraído con engaños, falsos testimonios y morbosas habladurías, que son propios de una sala de espera de peluquería o de un programa sensacionalista de televisión y no de la sala de un tribunal.
Pero la justicia es como es, un sistema creado por seres humanos, por lo tanto, imperfecto, pasible de errores manipulación y corrupción. No es mi intención iniciar una cruzada contra un sistema que si bien es imperfecto, pienso se puede mejorar y depurar, sino exponer a la vista pública los daños irreparables que dicho sistema provoca, cuando es utilizado por gente sin escrúpulos, con capacidad ilimitada para la manipulación y la mentira.
ⒸKaranaDrakarys2023
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